El Acta Constitutiva de la Federación Mexicana fue la formalidad jurídica mediante la cual los representantes legales de los gobiernos de los estados independientes, libres y soberanos, formados a partir de la disolución de facto del Primer Imperio Mexicano, reconocieron el 31 de enero de 1824, su intención de constituirse en un ente jurídico, con patrimonio propio y capacidad legal ante otras naciones.
La unión se dio bajo la forma de una república, representativa y federal, compuesta por tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Los estados se integraron declarándose libres y soberanos y comprometiéndose a establecer en su seno también, los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial).
La nueva nación se creó en el territorio que antes integraba el Primer Imperio Mexicano, estableciendo como religión única y legal a la cristiana de culto católico.