El Fondo Mexicano del Petróleo es el primer Fondo soberano de México, creado para garantizar el manejo de los ingresos petroleros.
Desde su conformación al finalizar la administración pasada, recibe y administra remanentes determinados legalmente de la comercialización de petróleo de las asignaciones para exploración y extracción de Petróleos Mexicanos (Pemex), así como de los contratos de la empresa estatal y los que se han otorgado a privados a partir de la reforma energética.
Tiene la obligación de recibir los recursos de la petrolera y demás empresas encargadas de la exploración y extracción de hidrocarburos para posteriormente, transferirlos al Estado en los plazos y cantidades determinadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Las transferencias ordinarias que ha realizado como porcentaje del PIB en los últimos años ascendieron a 0.8% en el 2020, a 1.5% en el 2021, a 2.3% en el 2022 y a 1.1% el año pasado, mientras que al primer semestre de este año ha llegado a 0.3% del PIB.
Creado con base en la experiencia del Fondo Noruego que administra los recursos de esa nación, tiene la obligación de asegurar que el monto que le corresponde al Estado y a los contratistas por la extracción y venta de hidrocarburos sea correcto.
Para lo anterior, realiza los cálculos a partir de información que ambas partes proporcionan, dando así certeza de que los pagos han sido estimados de forma independiente e imparcial por un tercero ajeno al contrato.
El 20 de diciembre del 2013 fue creado este fondo al incluirse su conformación en la Carta Magna.
Posteriormente, el 11 de agosto del 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo, para regir sus funciones con lo que el 30 de septiembre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, como fideicomitente, y el Banco de México, como fiduciario, suscribieron el contrato constitutivo del Fideicomiso.
Finalmente, constituye y administra esta Reserva con la finalidad de brindar seguridad y mayor estabilidad en las finanzas públicas, además de beneficiar a las futuras generaciones de México con un ahorro a largo plazo.
Al 30 de junio del 2024, la reserva a largo plazo ascendió a 1,091 millones de dólares.
A partir de la entrada en operación del fondo, el monto que se mantiene ha superado los 1,000 millones de dólares, siendo el 2020 el año de menor riesgo, dadas las condiciones del mercado, en que ascendió a 1,087 millones de dólares, con poca movilidad en los mercados de deuda ante las distintas complicaciones de liquidez durante el primer año de la pandemia por Covid-19.
La administración activa de la Reserva busca el máximo retorno a la inversión, a través de una diversificación óptima del riesgo. Lo anterior, conforme a lo establecido en el Artículo 17 de la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo.
Desde enero del 2015 a septiembre del 2023, alrededor de 95% de las transferencias del Fondo se han destinado al presupuesto de Egresos.
Fuente: El Economista