Un verdadero tesoro energético se encuentra justo bajo nuestros pies. Investigadores y expertos en energías renovables han identificado a México como uno de los países con mayor potencial geotérmico del mundo, gracias a su intensa actividad volcánica y características geológicas únicas. Esta fuente de energía, conocida como geotermia, podría convertirse en la solución a los problemas de generación eléctrica que enfrenta el país.
La energía geotérmica aprovecha el calor natural del interior de la Tierra para producir electricidad de forma continua, segura y sustentable. A diferencia de la energía solar o eólica, que dependen de las condiciones del clima, la geotermia opera sin interrupciones las 24 horas del día, los 365 días del año. Esta constancia la convierte en un recurso estratégico para reforzar la transición energética de México.
Actualmente, el país cuenta con cinco centrales geotérmicas en operación: Cerro Prieto (Baja California), Los Azufres (Michoacán), Los Humeros (Puebla), Las Tres Vírgenes (Baja California Sur) y Domo San Pedro (Nayarit). En conjunto, estas plantas generan 976 megawatts (MW), lo que posiciona a México entre las seis naciones con mayor capacidad instalada de energía geotérmica. Sin embargo, este tipo de energía apenas representa entre el 1.5 % y el 2 % de la electricidad nacional.
Los especialistas destacan que las regiones con mayor potencial geotérmico en México son la Faja Volcánica Transmexicana y la Península de Baja California, donde la actividad sísmica y volcánica permite una mayor captación del calor terrestre. Además, avances tecnológicos recientes —como los sistemas geotérmicos mejorados (EGS, por sus siglas en inglés)— han permitido reducir los costos de perforación y mejorar la eficiencia, abriendo nuevas posibilidades para su desarrollo a gran escala.
A pesar de su enorme potencial, el principal obstáculo para el aprovechamiento masivo de esta energía es la alta inversión inicial necesaria para explorar y construir nuevas centrales. También existen riesgos geológicos asociados, como la posible inducción de sismos, por lo que se requieren estrictos protocolos de seguridad para operar en zonas volcánicas activas.
Más allá de la generación eléctrica, la geotermia también tiene aplicaciones en calefacción residencial, secado de alimentos y uso de bombas de calor geotérmicas para regular temperaturas de forma ecológica. En otras partes del continente, países como Chile y Costa Rica ya están explorando métodos innovadores para “robarle” energía directamente a los volcanes, experiencia que México podría aprovechar para perfeccionar sus propios sistemas.
Los expertos coinciden en que si México decide invertir decididamente en esta fuente de energía limpia y amplía su infraestructura geotérmica, podría reducir su dependencia de los combustibles fósiles, impulsar el desarrollo económico regional y convertirse en líder global en energías renovables.
El calor bajo nuestros pies no solo es una promesa energética, sino también una oportunidad estratégica que, bien aprovechada, puede marcar el futuro energético del país.
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